UNDERGROUND´S WORLD

Bienvenido a este espacio de reflexión y análisis de diversos conceptos vigentes en nuestra sociedad y en las fracciones de la misma, que no por ser tan evidentes no significa que no tengan trascendencia para muchos de los involucrados en las diversas esferas de la rutina musico-social.

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viernes, 22 de julio de 2011

La muerte y su filosofía.

Considerar la acepción de la muerte como algo momentáneo, como producto de la evolución de la vida salta a la vista lo más racional y entendible, precisamente resultado de un desarrollo histórico del ser humano; aunque este tipo de concepciones contravienen directamente con la carga emocional de este tipo de hechos, y la forma de tener visión sobre ellos siempre resulta ser complicada, el lograr un equilibrio entre la razón y la emoción resulta no sólo complicado, sino hasta aventurero por el propio deseo del ser humano de mantener el estado de las cosas de forma pacífica, lo cual es una irrealidad de fondo y forma. La metafísica a través de sus distintas vertientes soslaya el pensamiento pretendiendo el concepto de la mejora y del bienestar; pero en la realidad, la mejora y el beneficio resultan impensables, incluso hasta risibles, es bien sabido que el ser humano tiende a devastarse ante las atrocidades de la vida, y precisamente la muerte se relaciona con este tipo de interpretación, nadie sugiere que la muerte sea parte de un proceso, nadie interpreta un paso dentro del eslabón de la cadena cíclica de todo sujeto social. Más bien, es la decadencia y fin de una vida activa, de la productividad del personaje, de la desaparición de todo el ente físico, de la denotación del humano; pero esto no significa que el propio fin en si mismo dicte un olvido repentino en la mente humana, al contrario, acrecienta sus más ínfimas contradicciones, ya sea mediante recuerdos, memorias buenas y malas, acontecimientos insignificantes, procedimiento de alto relieve, es decir, cualquier vínculo existente en la memoria decadente de los demás sujetos que no permite esclarecer adecuadamente lo qué pasa, y por qué sucede. Es por ello, que en este tipo de situaciones, el dolor , el arrepentimiento y hasta la saciedad de búsqueda de respuestas confortables se postulan como el devenir diario y constante de los seres humanos existentes, es claro, que no se encuentran respuestas en medio del dolor, éste, se plantea como un impedimento tácito a la claridad de dichos procesos, pero así es en sí el propio progreso de las cosas. El dolor existe porque hay un cariño divagante en las raíces, porque seguramente existen dudas con respecto a las acciones, porque nadie entiende de buenas a primeras de los que se trata la vida. El profundo agradecimiento de la convivencia siempre perdura, aunque muchas veces es un título más para profundizar en la desgracia mental y conjugarla con las emociones que destrozan y carcomen la mejora del ser humano. Comprender la muerte de los sujetos sociales es una de las tareas más difíciles que tiene cada soldado en esta arena llamada vida. Asumir, procesar y vivir es una ecuación sencilla de plasmar pero difícil de llevar a cabo, no por ello estos circuitos sociales son tan frágiles y a la vez tan punzantes. Las demoras, los malos planteamientos inevitablemente llevarán a la mala concepción de lo que en realidad es la vida, y sí, ésta no es tan disfrutable como parece, tiene sus desarrollos tan ilógicos que nos llevarían a pensar en la mala fortuna o en los designios o caprichos de un ser metafísico supremo, pero si ese fuera el caso: ¿Dónde se reclama? ¿A quién se le pueden dirigir algunas sugerencias para que los procesos no sean tan tristes y dolorosos? La respuesta es más que obvia, no hay tal, por lo tanto de nueva cuenta la forma de sobresalir en este tipo de encadenamientos, es imponer el equilibrio entre la razón y las emociones, a pesar de que éstas estén devastadas, a pesar de que no se tenga ninguna construcción mental para aliviar tanto dolor que provocan este tipo de situaciones. La curiosidad por encontrar respuestas a muchas interrogantes sigue siendo tarea de cada ser humano, lastimosamente todos los procesos son subjetivos, y la mente revolotea a cada instante, no hay estructuras, ni manuales para poder asimilar tanta dicha y desgracia a la vez; no debemos olvidar que por eso, somos simples y llanos seres humanos, y como nosotros, las generaciones venideras tendrán ante sí los mismos diagramas, las mismas interrogantes. No por ello, hay que olvidarse, ni muchos menos tener planteamientos exactos para cada ocasión. Ahogarse en el dolor cabe en una etapa, pero la sonrisa y las ganas de ver los destellos de la vida es una tarea fundamental de nosotros como sujetos sociales.
Ni verdades absolutas, ni perfecciones caben en esta decadencia legítima, sólo se presenta lo relativo, lo coyuntural, y así es como se debe actuar, el dolor puede perdurar, pero su clímax debe ser efímero; la gente triste regularmente no tiene cabida en este sistema social, en gustos se rompen los esquemas, pero las lágrimas son la productividad de los sentimientos, y el llorar es la expresión más pura de cualquier sentimiento.

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